LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
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10 de noviembre de 2014VÍSPERASMEMORIA DE SAN LEÓN MAGNO, PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIADel Común de pastores: para un santo papa, y del Común de doctores de la Iglesia. Del lunes IV del SalterioSAN LEÓN MAGNO, papa y doctor de la Iglesia. (MEMORIA). Nació en la región de Toscana, y el año 440 fue elevado a la cátedra de Pedro, ejerciendo su cargo como un verdadero pastor y padre de las almas. Trabajó intensamente por la integridad de la fe, defendió con ardor la unidad de la Iglesia, hizo lo posible por evitar o mitigar las incursiones de los bárbaros, obras que le valieron con toda justicia el apelativo de Magno. Murió el año 461. INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya HIMNO Verbo de Dios, eterna luz divina, fuente eternal de toda verdad pura, gloria de Dios, que el cosmos ilumina, antorcha toda luz en noche oscura. Palabra eternamente pronunciada en la mente del Padre, ¡oh regocijo!, que en el tiempo a los hombres nos fue dada en el seno de Virgen, hecha Hijo. Las tinieblas de muerte y de pecado, en que yacía el hombre, así vencido, su verdad y su luz han disipado, con su vida y su muerte ha redimido. Con destellos de luz que Dios envía, no dejéis de brillar, faros divinos; de los hombres y pueblos sed su guía, proclamad la verdad en los caminos. Amén. SALMODIA Antífona 1: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. SALMO 135 - I HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y EL ÉXODO Dad gracias al Señor porque es bueno: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Señor de los señores: porque es eterna su misericordia. Sólo él hizo grandes maravillas: porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos: porque es eterna su misericordia. Él afianzó sobre las aguas la tierra: porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes: porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día: porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche: porque es eterna su misericordia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. Antífona 2: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. SALMO 135 - II HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y EL ÉXODO Él hirió a Egipto en sus primogénitos: porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país: porque es eterna su misericordia. Con mano poderosa, con brazo extendido: porque es eterna su misericordia. Él dividió en dos partes el mar Rojo: porque es eterna su misericordia. Y condujo por en medio a Israel: porque es eterna su misericordia. Arrojó en el mar Rojo al Faraón: porque es eterna su misericordia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. Antífona 3: Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante. CÁNTICO: EFESIOS 1, 3-10 MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante El por el amor. El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Antífona 3: Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante. LECTURA BREVE Santiago 3, 17-18 La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia. RESPONSORIO BREVE V. En la asamblea le da la palabra. R. En la asamblea le da la palabra. V. Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia. R. Le da la palabra. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En la asamblea le da la palabra. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: En toda la Iglesia, Pedro afirma cada día: «Tú eres el Mesías, el Hijo de dios vivo.» LUCAS 1, 46-55 CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: PRECES Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo: Salva a tu pueblo, Señor. Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia, haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud. Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles, purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos. Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos, llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios. Tú que fuiste la heredad de los santos pastores, no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida. Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración: Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hagase tu voluntad asi en la tierra como en el cielo el pan nuestro de cada día danoslo hoy y perdonanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. ORACIÓN Señor, tú que nos has prometido que las fuerzas del mal nunca prevalecerán contra la Iglesia, cimentada sobre la roca de Pedro, haz que, por la intercesión del papa san León Magno, tu pueblo permanezca siempre firme en la verdad y goce de una paz estable y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. |
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10 de noviembre de 2014COMPLETASORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL LUNES DE LA SEMANA XXXII DEL TIEMPO ORDINARIOINVOCACIÓN INICIALV. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HIMNO Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría. Si poco fue el amor en nuestro empeño de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran amor que todo lo engrandece. Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora en justa, e ilumina la senda de la vida y de la muerte del hombre que en la fe lucha y camina. Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la esperanza de esperar cada noche tu gran día. Amén. SALMODIA Antífona 1: Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. SALMO 85 ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES. Inclina tu oído, Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Antífona 1: Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. LECTURA BREVE 1 Tesalonicenses 5, 9-10 Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32 CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. BENDICIÓN V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R.Amén. ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado. Bajo tu amparo nos acogemos Madre del Redentor, virgen fecunda Salve, Reina de los cielos Dios te salve, Reina y Madre de misericordia Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muestranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! |
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10 de noviembre de 2014OFICIO DE LECTURAMEMORIA DE SAN LEÓN MAGNO, PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIADel Común de pastores: para un santo papa, y del Común de doctores de la Iglesia. Del lunes IV del SalterioSAN LEÓN MAGNO, papa y doctor de la Iglesia. (MEMORIA). Nació en la región de Toscana, y el año 440 fue elevado a la cátedra de Pedro, ejerciendo su cargo como un verdadero pastor y padre de las almas. Trabajó intensamente por la integridad de la fe, defendió con ardor la unidad de la Iglesia, hizo lo posible por evitar o mitigar las incursiones de los bárbaros, obras que le valieron con toda justicia el apelativo de Magno. Murió el año 461. INVOCACIÓN INICIAL Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Antífona: Venid, adoremos al Señor, fuente de sabiduría. [ver salmo] [no ver salmo] Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. HIMNO Se puede tomar de Laudes o de Vísperas, según el momento del día en que se rece el Oficio de lectura, o bien: Puerta de Dios en el redil humano fue Cristo, el buen Pastor que al mundo vino, glorioso va delante del rebaño, guiando su marchar por buen camino. Madero de la cruz es su cayado, su voz es la verdad que a todos llama, su amor es el del Padre, que le ha dado Espíritu de Dios, que a todos ama. Pastores del Señor son sus ungidos, nuevos cristos de Dios, son enviados a los pueblos del mundo redimidos; del único Pastor siervos amados. La cruz de su Señor es su cayado, la voz de la verdad es su llamada, los pastos de su amor, fecundo prado, son vida del Señor que nos es dada. Amén. SALMODIA Antífona 1: Que bueno es el Dios de Israel para los justos.SALMO 72 - I POR QUÉ SUFRE EL JUSTO ¡Qué bueno es Dios para el justo, el Señor para los limpios de corazón! Pero yo por poco doy un mal paso, casi resbalaron mis pisadas: porque envidiaba a los perversos, viendo prosperar a los malvados. Para ellos no hay sinsabores, están sanos y engreídos; no pasan las fatigas humanas ni sufren como los demás. Por eso su collar es el orgullo, y los cubre un vestido de violencia; de las carnes les rezuma la maldad, el corazón les rebosa de malas ideas. Insultan y hablan mal, y desde lo alto amenazan con la opresión. Su boca se atreve con el cielo, y su lengua recorre la tierra. Por eso mi pueblo se vuelve a ellos y se bebe sus palabras. Ellos dicen: «¿Es que Dios lo va a saber, se va a enterar el Altísimo?» Así son los malvados: siempre seguros, acumulan riquezas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Que bueno es el Dios de Israel para los justos. Antífona 2: Su risa se convertirá en llanto, y su alegría en tristeza. SALMO 72 - II POR QUÉ SUFRE EL JUSTO Entonces, ¿para qué he limpiado yo mi corazón y he lavado en la inocencia mis manos? ¿Para qué aguanto yo todo el día y me corrijo cada mañana? Si yo dijera: «Voy a hablar como ellos», renegaría de la estirpe de tus hijos. Meditaba yo para entenderlo, pero me resultaba muy difícil; hasta que entré en el misterio de Dios, y comprendí el destino de ellos. Es verdad: los pones en el resbaladero, los precipitas en la ruina; en un momento causan horror, y acaban consumidos de espanto. Como un sueño al despertar, Señor, al despertarte desprecias sus sombras. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 2: Su risa se convertirá en llanto, y su alegría en tristeza. Antífona 3: Para mí lo bueno es estar junto a Dios, pues los que se alejan de ti se pierden. SAMO 72 - III POR QUÉ SUFRE EL JUSTO Cuando mi corazón se agriaba y me punzaba mi interior, yo era un necio y un ignorante, yo era un animal ante ti. Pero yo siempre estaré contigo, tú tomas mi mano derecha, me guías según tus planes, y me llevas a un destino glorioso. ¿No te tengo a ti en el cielo?; y contigo, ¿qué me importa la tierra? Se consumen mi corazón y mi carne por Dios, mi herencia eterna. Sí: los que se alejan de ti se pierden; tú destruyes a los que te son infieles. Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio, y proclamar todas tus acciones en las puertas de Sión. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: Para mí lo bueno es estar junto a Dios, pues los que se alejan de ti se pierden. VERSÍCULO V. Qué dulce al paladar tu promesa, Señor. R. Más que miel en la boca. PRIMERA LECTURA Del primer libro de los Macabeos 1, 43-67 PERSECUCIÓN DESATADA POR ANTÍOCO En aquellos días, Antíoco, rey de Siria, publicó un edicto en todo su reino, ordenando que todos formaran un único pueblo y abandonaran para ello sus peculiares costumbres. Los gentiles acataron todos el edicto real y muchos israelitas aceptaron su culto, sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado. También a Jerusalén y a las ciudades de Judá hizo el rey llegar, por medio de mensajeros, el edicto que ordenaba seguir costumbres extrañas al país. Debían suprimir en el santuario holocaustos, sacrificios y libaciones; profanar sábados y fiestas; mancillar el santuario y los lugares santos; levantar altares, recintos sagrados y templos idolátricos; sacrificar puercos y animales inmundos; dejar a sus hijos incircuncisos; volver abominables sus almas con toda clase de impurezas y profanaciones, de modo que olvidasen la ley y cambiasen todas sus costumbres. El que no obrara conforme a la orden del rey moriría. En el mismo tono escribió a todo su reino. Los inspectores, nombrados por el rey para todo el pueblo, ordenaron a las ciudades de Judá que en cada una de ellas se ofrecieran sacrificios. Muchos del pueblo, todos los que abandonaban la ley, se unieron a ellos. Causaron males al país y obligaron a Israel a ocultarse en toda suerte de refugios. El día quince del mes de Kisleú del año ciento cuarenta y cinco levantaron sobre el altar la abominación de la desolación. También construyeron altares por todas las ciudades de Judá. A las puertas de las casas y en las plazas hacían quemar incienso. Rompían y echaban al fuego los libros de la ley que podían hallar. Al que encontraban con un ejemplar de la alianza en su poder, o al que descubrían que observaba los preceptos de la ley, lo condenaban a muerte en virtud del decreto real. Hacían sentir su brutal poder sobre los israelitas que sorprendían cada mes en las ciudades contraviniendo lo mandado por ellos. El día veinticinco del mes ofrecían sacrificios en el altar construido sobre el altar antiguo. A las mujeres que hacían circuncidar a sus hijos las llevaban a la muerte, conforme al edicto, con sus criaturas colgadas al cuello. Y la misma suerte corrían sus familiares y todos los que habían intervenido en la circuncisión. Murieron también muchos israelitas que con entereza y valor se negaron a comer cosa impura, prefiriendo la muerte antes que contaminarse con aquella comida y profanar la santa alianza. Inmensa fue la cólera que se desencadenó sobre Israel. RESPONSORIO R. Abre tus ojos, Señor, y mira nuestra aflicción: nos han rodeado las naciones para castigarnos; * extiende tu brazo y salva nuestras vidas. V. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y haz que tus siervos anunciemos tu palabra con toda entereza y libertad. R. Extiende tu brazo y salva nuestras vidas. SEGUNDA LECTURA De los sermones de san León Magno, papa (Sermón 4,1-2: PL 54,148-149) EL ESPECIAL SERVICIO DE NUESTRO MINISTERIO Aunque toda la Iglesia está organizada en distintos grados, de manera que la integridad del sagrado cuerpo consta de una diversidad de miembros, sin embargo, como dice el Apóstol, todos somos uno en Cristo Jesús; y esta diversidad de funciones no es en modo alguno causa de división entre los miembros, ya que todos, por humilde que sea su función, están unidos a la cabeza. En efecto, nuestra unidad de fe y de bautismo hace de todos nosotros una sociedad indiscriminada, en la que todos gozan de la misma dignidad, según aquellas palabras de san Pedro, tan dignas de consideración: También vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo; y más adelante: Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios. La señal de la cruz hace reyes a todos los regenerados en Cristo, y la unción del Espíritu Santo los consagra sacerdotes; y así, además de este especial servicio de nuestro ministerio, todos los cristianos espirituales y perfectos deben saber que son partícipes del linaje regio y del oficio sacerdotal. ¿Qué hay más regio que un espíritu que, sometido a Dios, rige su propio cuerpo? ¿Y qué hay más sacerdotal que ofrecer a Dios una conciencia pura y las inmaculadas víctimas de nuestra piedad en el altar del corazón? Aunque esto, por gracia de Dios, es común a todos, sin embargo, es también digno y laudable que os alegréis del día de nuestra promoción como de un honor que os atañe también a vosotros; para que sea celebrado así en todo el cuerpo de la Iglesia el único sacramento del pontificado, cuya unción consecratoria se derrama ciertamente con más profusión en la parte superior, pero desciende también con abundancia a las partes inferiores. Así pues, amadísimos hermanos, aunque todos tenemos razón para gozarnos de nuestra común participación en este oficio, nuestro motivo de alegría será más auténtico y elevado si no detenéis vuestra atención en nuestra humilde persona, ya que es mucho más provechoso y adecuado elevar nuestra mente a la contemplación de la gloria del bienaventurado Pedro y celebrar este día solemne con la veneración de aquel que fue inundado tan copiosamente por la misma fuente de todos los carismas, de modo que, habiendo sido el único que recibió en su persona tanta abundancia de dones, nada pasa a los demás si no es a través de él. Así, el Verbo hecho carne habitaba ya entre nosotros, y Cristo se había entregado totalmente a la salvación del género humano. RESPONSORIO R. Dijo Jesús a Simón: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, * y el poder del infierno no la derrotará.» V. Dios la ha fundado para siempre. R. Y el poder del infierno no la derrotará. ORACIÓN Señor, tú que nos has prometido que las fuerzas del mal nunca prevalecerán contra la Iglesia, cimentada sobre la roca de Pedro, haz que, por la intercesión del papa san León Magno, tu pueblo permanezca siempre firme en la verdad y goce de una paz estable y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. |