Liturgia de la Horas

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

22 de junio de 2015



LAUDES

LUNES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO

Del lunes IV del Salterio
FERIA
INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Antífona: Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

SALMO 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

HIMNO
Señor, cómo quisiera
en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera
en gracia y alegría,
y crecer en tu amor más todavía.

En cada madrugada
abrir mi pobre casa, abrir la puerta,
el alma enamorada,
el corazón alerta,
y conmigo tu mano siempre abierta.

Ya despierta la vida
con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida
a levantar mis manos
y a acariciarte en todos mis hermanos.

Hoy elevo mi canto
con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo,
a ti que eres mi Roca
en quien mi vida toda desemboca.  Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor.

SALMO 89
BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Tú reduces el hombre a polvo, 
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva: 
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.

¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación! 
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.

Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.

¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, 
quién ha sentido el peso de tu cólera? 
Enséñanos a calcular nuestros años, 
para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas. 
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.

Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 1: Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor.

Antífona 2: Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.

CÁNTICO: ISAÍAS 42, 10-16
CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; 
muja el mar y lo que contiene,
las costas y sus habitantes;

alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas; 
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las costas.

El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.

«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba, aguantaba;
como parturienta, grito,
jadeo y resuello.

Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran;
ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.

Antífona 3: Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.

SALMO 134-I
HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob, 
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses. 
El Señor todo lo que quiere lo hace: 
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte, 
con los relámpagos desata la lluvia, 
suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto, 
desde los hombres hasta los animales. 
Envió signos y prodigios
– en medio de ti, Egipto– 
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos,
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.

LECTURA BREVE
Judit 8, 21b-23
Recordad cómo fueron probados nuestros padres para ver si verdaderamente servían a su Dios. Recordad cómo fue probado Abrahán, nuestro padre; y, purificado por muchas tribulaciones, llegó a ser amigo de Dios. Del mismo modo, Isaac, Jacob, Moisés y todos los que agradaron a Dios, le permanecieron fieles en medio de muchos padecimientos. 

RESPONSORIO BREVE

V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Bendito sea el Señor, porque nos ha visitado y redimido.

LUCAS 1, 68-79
CÁNTICO DE ZACARÍAS. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona: Bendito sea el Señor, porque nos ha visitado y redimido.

PRECES

Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian, acudamos a él, diciendo:

Te alabamos, Señor, esperamos en ti.

Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste; 
—continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.

Tú que, con el Padre, sigues actuando siempre en el mundo, 
—renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu. 

Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos,
—para que podamos contemplar hoy tus maravillas.

Ya que nos llamas hoy a tu servicio,
—haznos buenos administradores de tu múltiple gracia en favor de nuestros hermanos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:  

Padre nuestro
que estás en los cielos
santificado sea tu nombre
venga a nosotros tu reino
hagase tu voluntad
asi en la tierra como en el cielo
el pan nuestro de cada día 
danoslo hoy
y perdonanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos
a nuestros deudores
y no nos dejes caer en la tentación 
mas líbranos del mal.


ORACIÓN

Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

22 de junio de 2015



VÍSPERAS

LUNES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO

Del lunes IV del Salterio
FERIA
INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

HIMNO
Ya no temo, Señor, la tristeza, 
ya no temo, Señor, la soledad; 
porque eres, Señor, mi alegría, 
tengo siempre tu amistad. 

Ya no temo, Señor, a la noche, 
ya no temo, Señor, la oscuridad; 
porque brilla tu luz en las sombras 
ya no hay noche, tú eres luz. 

Ya no temo, Señor, los fracasos, 
ya no temo, Señor, la ingratitud; 
porque el triunfo, Señor, en la vida 
tú lo tienes, tú lo das. 

Ya no temo, Señor, los abismos, 
ya no temo, Señor, la inmensidad; 
porque eres, Señor, el camino 
y la vida, la verdad. Amén. 


SALMODIA

Antífona 1: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

SALMO 135 - I
HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y EL ÉXODO
Dad gracias al Señor porque es bueno: 
porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.

Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.

Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.

Él afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.

Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.

El sol que gobierna el día: 
porque es eterna su misericordia.

La luna que gobierna la noche: 
porque es eterna su misericordia. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

Antífona 2: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

SALMO 135 - II
HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y EL ÉXODO
Él hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.

Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.

Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.

Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.

Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.

Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

Antífona 3: Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

CÁNTICO: EFESIOS 1, 3-10
MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante El por el amor.

El nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona 3: Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

LECTURA BREVE

1 Tesalonicenses 3, 12-13
Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos, así como os amamos nosotros, para que conservéis nuestros corazones intachables en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

RESPONSORIO BREVE

V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.

LUCAS 1, 46-55
CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.

PRECES

Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los que se acogen a Él, invoquémosle diciendo:

Escuchanos, Señor, Dios nuestro.

Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la esclavitud del pecado; haz que participamos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Escuchanos, Señor, Dios nuestro.

Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. Y a todos los obispos de la Iglesia, para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo.
Escuchanos, Señor, Dios nuestro.

Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos.
Escuchanos, Señor, Dios nuestro.

Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y a los que viven abandonados ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos.
Escuchanos, Señor, Dios nuestro.

Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos.
Escuchanos, Señor, Dios nuestro.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro
que estás en los cielos
santificado sea tu nombre
venga a nosotros tu reino
hagase tu voluntad
asi en la tierra como en el cielo
el pan nuestro de cada día 
danoslo hoy
y perdonanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos
a nuestros deudores
y no nos dejes caer en la tentación 
mas líbranos del mal.


ORACIÓN

Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

22 de junio de 2015



COMPLETAS

ORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL LUNES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

HIMNO


Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.

SALMO 85
ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina tu oído, Señor; escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.

Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;

porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.

En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.

Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»

Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.

Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.

Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.

Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona 1: Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.

LECTURA BREVE

1 Tesalonicenses 5, 9-10
Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él. 

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32
CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

BENDICIÓN

V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.Amén.

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.

Bajo tu amparo nos acogemos
Madre del Redentor, virgen fecunda
Salve, Reina de los cielos
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea, pues Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muestranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!




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22 de junio de 2015



OFICIO DE LECTURA

LUNES DE LA SEMANA XII DEL TIEMPO ORDINARIO

Del lunes IV del Salterio
FERIA

INVOCACIÓN INICIAL

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Antífona: Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

[ver salmo]     [no ver salmo]



Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

En el principio, tu palabra.
Antes que el sol ardiera,
antes del mar y las montañas,
antes de las constelaciones,
nos amó tu palabra

Desde tu seno, Padre,
era sonrisa su mirada,
era ternura su sonrisa,
era calor de brasa.
En el principio, tu palabra.

Todo se hizo de nuevo,
todo salió sin mancha,
desde el arrullo del río
hasta el rocío y la escarcha;
nuevo el canto de los pájaros,
porque habló tu Palabra.

Y nos sigues hablando todo el día,
aunque matemos la mañana
y desperdiciemos la tarde,
y asesinemos la alborada.
Como una espada de fuego,
en el principio, tu Palabra.

Llénanos de tu presencia, Padre;
Espíritu satúranos de tu fragancia;
danos palabras para responderte,
Hijo, eterna Palabra. Amén


SALMODIA

Antífona 1: Que bueno es el Dios de Israel para los justos.

SALMO 72 - I
POR QUÉ SUFRE EL JUSTO
¡Qué bueno es Dios para el justo,
el Señor para los limpios de corazón!

Pero yo por poco doy un mal paso,
casi resbalaron mis pisadas:
porque envidiaba a los perversos,
viendo prosperar a los malvados.

Para ellos no hay sinsabores,
están sanos y engreídos;
no pasan las fatigas humanas
ni sufren como los demás.

Por eso su collar es el orgullo,
y los cubre un vestido de violencia;
de las carnes les rezuma la maldad,
el corazón les rebosa de malas ideas.

Insultan y hablan mal,
y desde lo alto amenazan con la opresión.
Su boca se atreve con el cielo,
y su lengua recorre la tierra.

Por eso mi pueblo se vuelve a ellos
y se bebe sus palabras.
Ellos dicen: «¿Es que Dios lo va a saber,
se va a enterar el Altísimo?»
Así son los malvados:
siempre seguros, acumulan riquezas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Que bueno es el Dios de Israel para los justos.

Antífona 2: Su risa se convertirá en llanto, y su alegría en tristeza.

SALMO 72 - II
POR QUÉ SUFRE EL JUSTO
Entonces, ¿para qué he limpiado yo mi corazón
y he lavado en la inocencia mis manos?
¿Para qué aguanto yo todo el día
y me corrijo cada mañana?

Si yo dijera: «Voy a hablar como ellos»,
renegaría de la estirpe de tus hijos.

Meditaba yo para entenderlo,
pero me resultaba muy difícil;
hasta que entré en el misterio de Dios,
y comprendí el destino de ellos.

Es verdad: los pones en el resbaladero,
los precipitas en la ruina;
en un momento causan horror,
y acaban consumidos de espanto.

Como un sueño al despertar, Señor,
al despertarte desprecias sus sombras.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Su risa se convertirá en llanto, y su alegría en tristeza.

Antífona 3: Para mí lo bueno es estar junto a Dios, pues los que se alejan de ti se pierden.

SAMO 72 - III
POR QUÉ SUFRE EL JUSTO
Cuando mi corazón se agriaba
y me punzaba mi interior,
yo era un necio y un ignorante,
yo era un animal ante ti.

Pero yo siempre estaré contigo,
tú tomas mi mano derecha,
me guías según tus planes,
y me llevas a un destino glorioso.

¿No te tengo a ti en el cielo?;
y contigo, ¿qué me importa la tierra?
Se consumen mi corazón y mi carne
por Dios, mi herencia eterna.

Sí: los que se alejan de ti se pierden;
tú destruyes a los que te son infieles.

Para mí lo bueno es estar junto a Dios,
hacer del Señor mi refugio,
y proclamar todas tus acciones
en las puertas de Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Para mí lo bueno es estar junto a Dios, pues los que se alejan de ti se pierden.

VERSÍCULO

V. Qué dulce al paladar tu promesa, Señor.
R. Más que miel en la boca.

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Jueces 16, 4-6. 16-31
PERFIDIA DE DALILA Y MUERTE DE SANSÓN

En aquellos días, se enamoró Sansón de una mujer del valle de Soreq, que se llamaba Dalila. Los jefes de los filisteos fueron con ella y le dijeron:

«Sedúcelo y entérate de dónde le viene esa fuerza tan enorme y cómo podríamos dominarlo para amarrarlo y tenerlo sujeto. Nosotros te daremos cada uno mil cien siclos de plata.»

Dalila dijo a Sansón:

«Dime de dónde te viene esa fuerza tan grande y con qué habría que atarte para tenerte sujeto.»

Y como todos los días lo asediaba y lo importunaba tanto, hasta hacerle pesada la vida, Sansón le abrió todo su corazón y le dijo:

«La navaja no ha pasado jamás por mi cabeza, porque soy nazir de Dios desde el vientre de mi madre. Si me rasuraran, mi fuerza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.»

Dalila comprendió que le había abierto todo su corazón, mandó llamar a los jefes de los filisteos y les dijo:

«Venid, pues me ha abierto todo su corazón.»

Y los príncipes de los filisteos vinieron hacia ella con el dinero en la mano.

Ella hizo dormir a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Entonces comenzó a debilitarse y se retiró de él su vigor. Ella gritó: «Sansón, los filisteos contra ti.»

Él se despertó de su sueño y se dijo:

«Saldré como otras veces y me las arreglaré.»

Pero no sabía que el Señor se había apartado de él. Los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos y lo bajaron a Gaza. Allí lo ataron con una doble cadena de bronce y lo pusieron a dar vueltas a la piedra del molino en la cárcel. Pero el pelo de su cabeza, después de rapado, comenzó a crecer de nuevo.

Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón y hacer gran fiesta.

Y decían:

«Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo.»

Y la gente, al verlo, alababa a su dios, diciendo:

«Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo, el que devastaba nuestro país y multiplicaba nuestras víctimas.»

Y como su corazón estaba alegre, dijeron:

«Llamad a Sansón, para que nos divierta.»

Trajeron, pues, a Sansón de la cárcel y él los estuvo divirtiendo, haciendo algunos juegos ante ellos; luego lo pusieron de pie entre las columnas. Sansón dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano:

«Ponme donde pueda tocar las columnas en las que descansa la casa, para que pueda apoyarme en ellas.»

La casa estaba llena de hombres y mujeres. Estaban dentro todos los príncipes de los filisteos y, en el terrado, unos tres mil hombres y mujeres, contemplando los juegos de Sansón. Sansón invocó al Señor, diciendo:

«Señor, dígnate acordarte de mí, dame fuerzas nada más por esta vez, para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.»

Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa y se apoyó contra ellas, en una con el brazo derecho, en la otra con el izquierdo, y gritó:

«¡Muera yo con los filisteos!»

Hizo presión con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los jefes y sobre toda la gente ahí reunida. Los que hizo morir con su muerte fueron más que todos los que había matado en vida.

Sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron. Lo subieron y sepultaron entre Sorá y Estaol, en el sepulcro de su padre Manóaj. Había sido juez en Israel por espacio de veinte años.

RESPONSORIO (Sal 42, 1; 30, 4; cf. Jc 16, 28)


R. Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa contra gente sin piedad. * Tú eres mi roca y mi baluarte.
V. Acuérdate de mí y restitúyeme mis fuerzas.
R. Tú eres mi roca y mi baluarte.

SEGUNDA LECTURA

Del tratado de san Gregorio de Nisa, obispo, sobre el perfecto modelo del cristiano (PG 46, 254-255)
EL CRISTIANO ES OTRO CRISTO

Pablo, mejor que nadie, conocía a Cristo y enseñó, con sus obras, cómo deben ser los que de él han recibido su nombre, pues lo imitó de una manera tan perfecta que mostraba en su persona una reproducción del Señor, ya que, por su gran diligencia en imitarlo, de tal modo estaba identificado con el mismo ejemplar, que no parecía ya que hablara Pablo, sino Cristo, tal como dice él mismo, perfectamente consciente de su propia perfección: Tendréis la prueba que buscáis de que Cristo habla por mi. Y también dice: Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi.

Él nos hace ver la gran virtualidad del nombre de Cristo, al afirmar que Cristo es la fuerza y sabiduría de Dios, al llamarlo paz y luz inaccesible en la que habita Dios, expiación, redención, gran sacerdote, Pascua, propiciación de las almas, irradiación de la gloria e impronta de la substancia del Padre, por quien fueron hechos los siglos, comida y bebida espiritual, piedra y agua, fundamento de la fe, piedra angular, imagen del Dios invisible, gran Dios, cabeza del cuerpo que es la Iglesia, primogénito de la nueva creación, primicias de los que han muerto, primogénito de entre los muertos, primogénito entre muchos hermanos, mediador entre Dios y los hombres, Hijo unigénito coronado de gloria y de honor, Señor de la gloria, origen de las cosas, rey de justicia y rey de paz, rey de todos, cuyo reino no conoce fronteras.

Estos nombres y otros semejantes le da, tan numerosos que no pueden contarse. Nombres cuyos diversos significados, si se comparan y relacionan entre sí, nos descubren el admirable contenido del nombre de Cristo y nos revelan, en la medida en que nuestro entendimiento es capaz, su majestad inefable.

Por lo cual, puesto que la bondad de nuestro Señor nos ha concedido una participación en el más grande, el más divino y el primero de todos los nombres, al honrarnos con el nombre de "cristianos", derivado del de Cristo, es necesario que todos aquellos nombres que expresan el significado de esta palabra se vean reflejados también en nosotros, para que el nombre de "cristianos" no aparezca como una falsedad, sino que demos testimonio del mismo con nuestra vida.

RESPONSORIO (Sal 5, 12; 88, 16-17)


R. Que se alegren, Señor, los que se acogen a ti, con júbilo eterno; protégelos, para que se llenen de gozo * los que aman tu nombre.
V. Caminarán, ¡oh Señor!, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día.
R. Los que aman tu nombre.


ORACIÓN


Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


CONCLUSIÓN


V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.