Liturgia de la Horas

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

30 de julio de 2015



LAUDES

JUEVES DE LA SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

Del jueves I del Salterio
FERIA
INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Antífona: Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios

SALMO 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios

HIMNO
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.

El hizo amanecer en tu presencia
y enalteció la aurora
cuando no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.

El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.

El es la luz profunda, el soplo vivo
que hace posible el mundo
y anima, en nuestros labios jubilosos,
el himno que cantamos.

He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en el ancho sol de la mañana,
el signo de su gloria.

Y tú que nos lo entregas cada día,
revélanos al Hijo,
potencia de tu diestra y Primogénito
de toda criatura. Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

SALMO 56
ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.

Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.

Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Han tendido una red a mis pasos,
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.

Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza las nubes.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

Antífona 2: "Mi pueblo se saciará de mis bienes", dice el Señor.

CÁNTICO: JEREMÍAS 31, 10-14
FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, 
anunciadla en las islas remotas: 
“El que dispersó a Israel lo reunirá, 
lo guardará como un pastor a su rebaño; 
porque el Señor redimió a Jacob, 
lo rescato de una mano más fuerte.” 

Vendrán con aclamaciones a la altura de Sion, 
afluirán hacia los bienes del Señor: 
hacia el trigo y el vino y el aceite, 
a los rebaños de ovejas y de vacas; 
su alma será como un huerto regado, 
y no volverán a desfallecer. 

Entonces se alegrará la doncella en la danza, 
gozará los jóvenes y los viejos; 
convertiré su tristeza en gozo, 
los alegraré y aliviaré sus penas; 
alimentaré a los sacerdotes
con manjares  sustanciosos, 
y mi pueblo se saciará de mis bienes. 

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: "Mi pueblo se saciará de mis bienes", dice el Señor.

Antífona 3: Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.

SALMO 47
HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:

el monte Sion, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.

Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados 
y huyeron despavoridos;

Allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.

Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.

Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza
llega al confín de la tierra;

Tu diestra está llena de justicia:
el monte Sion se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.

Dad la vuelta en torno a Sion,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,

para poder decirle a la próxima generación:
"Este es el Señor, nuestro Dios."
El nos guiará por siempre jamás.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.

LECTURA BREVE
Isaías 66,1-2
Así dice el Señor: "El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies: ¿Qué templo podréis construirme? ; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras".

RESPONSORIO BREVE

V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.

LUCAS 1, 68-79
CÁNTICO DE ZACARÍAS. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona: Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.

PRECES

Demos gracias a Cristo, que nos ha dado la luz del día, y supliquémosle, diciendo: 

Bendícenos y santifícanos, Señor. 

Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados, 
acepta los deseos y proyectos de este día. 

Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día, 
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones. 

Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean, 
para que logremos así ser imágenes de tu bondad. 

En la mañana haznos escuchar tu gracia, 
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Digamos ahora todos juntos la oración que Cristo nos enseñó:
PADRE NUESTRO
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día, a la media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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30 de julio de 2015



VÍSPERAS

JUEVES DE LA SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

Del jueves I del Salterio
FERIA
INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

HIMNO
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.

Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
Porque sin ti la vida
es poca cosa.

¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.

Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.

Quiero todos los días
Salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos
dándote gracias. Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

SALMO 29
ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos invita el llanto;
por la mañana, el júbilo.

Yo pensaba muy seguro:
"no vacilaré jamás".
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.

A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios:
"¿qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?

¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme".

Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Señor, Dios mío, a ti te grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Antífona 2: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

SALMO 31
ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se había vuelto un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: "confesaré al Señor mi culpa",
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Antífona 3: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

CÁNTICO: APOCALIPSIS 11, 17-18; 12, 10B-12A
EL JUICIO DE DIOS
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
Como era en el principio, ahora y siempre, 
Por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

LECTURA BREVE

1 Pedro 1, 6-9
Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe —de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego— llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.

RESPONSORIO BREVE

V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

LUCAS 1, 46-55
CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

PRECES

Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle:

Mira a tus hijos, Señor. 

Dios de amor, que has hecho alianza con tu pueblo, 
haz que recordemos siempre tus maravillas. 

Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad   
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Haz que siempre edifiquemos la ciudad terrena unidos a ti, 
no sea que en vano se cansen los que la construyen. 

Manda, Señor, trabajadores a tu mies, 
para que tu nombre sea conocido en el mundo. 

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos 
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino. 

Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
PADRE NUESTRO
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

ORACIÓN

Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día, a la media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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30 de julio de 2015



COMPLETAS

ORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL JUEVES DE LA SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

HIMNO
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.

Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.

Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Mi carne descansa serena.

SALMO 15
EL SEÑOR ES EL LOTE DE MI HEREDAD
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; 
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien". 
Los dioses y señores de la tierra 
no me satisfacen. 

Multiplican las estatuas 
de dioses extraños; 
no derramaré sus libaciones con mis manos, 
ni tomaré sus nombres en mis labios. 

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; 
mi suerte está en tu mano: 
me ha tocado un lote hermoso, 
me encanta mi heredad. 

Bendeciré al Señor, que me aconseja, 
hasta de noche me instruye internamente. 
Tengo siempre presente al Señor, 
con él a mi derecha no vacilaré. 

Por eso se me alegra el corazón, 
se gozan mis entrañas, 
y mi carne descansa serena. 
Porque no me entregarás a la muerte, 
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. 

Me enseñarás el sendero de la vida, 
me saciarás de gozo en tu presencia, 
de alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 1: Mi carne descansa serena.

LECTURA BREVE

1 Tesalonicenses 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32
CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

BENDICIÓN

V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.Amén.

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.

Bajo tu amparo nos acogemos
Madre del Redentor, virgen fecunda
Salve, Reina de los cielos
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea, pues Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muestranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!




LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

30 de julio de 2015



OFICIO DE LECTURA

JUEVES DE LA SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

Del jueves I del Salterio
FERIA

INVOCACIÓN INICIAL

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Antífona: Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios

[ver salmo]     [no ver salmo]



Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO
Con gozo el corazón cante la vida,
presencia y maravilla del Señor,
de luz y de color bella armonía,
sinfónica cadencia de su amor.

Palabra esplendorosa de su Verbo,
cascada luminosa de verdad,
que fluye en todo ser que en él fue hecho
imagen de su ser y de su amor.

La fe cante al Señor, y su alabanza,
palabra mensajera del amor,
responda con ternura a su llamada
en himno agradecido a su gran don.

Dejemos que su amor nos llene el alma
en íntimo diálogo con Dios,
en puras claridades cara a cara,
bañadas por los rayos de su sol.

Al Padre subirá nuestra alabanza
por Cristo, nuestro vivo intercesor,
en alas de su Espíritu que inflama
en todo corazón su gran amor. Amén.


SALMODIA

Antífona 1: La promesa del Señor es escudo para los que a ella se acogen.

SALMO 17 - IV
EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR
Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor;
él es escudo para los que a él se acogen.

¿Quién es dios fuera del Señor?
¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?
Dios me ciñe de valor
y me enseña un camino perfecto.

Él me da pies de ciervo,
y me coloca en las alturas;
él adiestra mis manos para la guerra,
y mis brazos para tensar la ballesta.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 1: La promesa del Señor es escudo para los que a ella se acogen.

Antífona 2: Tu diestra, Señor, me sostuvo.

SALMO 17 - V
EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR
Me dejaste tu escudo protector, 
tu diestra me sostuvo, 
multiplicaste tus cuidados conmigo. 
Ensanchaste el camino a mis pasos, 
y no flaquearon mis tobillos; 

yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo, 
y no me volvía sin haberlo aniquilado: 
los derroté, y no pudieron rehacerse, 
cayeron bajo mis pies. 

Me ceñiste de valor para la lucha, 
doblegaste a los que me resistían; 
hiciste volver a la espalda a mis enemigos, 
rechazaste a mis adversarios. 

Pedían auxilio, pero nadie los salvaba; 
gritaban al Señor, pero no les respondía. 
Los reduje a polvo, que arrebataba el viento; 
los pisoteaba como barro de las calles. 

Me libraste de las contiendas de mi pueblo, 
me hiciste cabeza de naciones, 
un pueblo extraño fue mi vasallo. 

Los extranjeros me adulaban, 
me escuchaban y me obedecían. 
Los extranjeros palidecían 
y salían temblando de sus baluartes. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 2: Tu diestra, Señor, me sostuvo.

Antífona 3: Viva el Señor, bendito sea mi Dios y Salvador.

SALMO 17 - VI
EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR
Viva el Señor, bendita sea mi Roca, 
sea ensalzado mi Dios y Salvador: 
el Dios que me dio el desquite 
y me sometió los pueblos; 

que me libró de mis enemigos, 
me levantó sobre los que resistían 
y me salvó del hombre cruel. 

Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, 
y tañeré en honor de tu nombre: 
tu diste gran victoria a tu rey, 
tuviste misericordia de tu Ungido, 
de David y su linaje por siempre. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 3: Viva el Señor, bendito sea mi Dios y Salvador.

VERSÍCULO

V. Ábreme, Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

PRIMERA LECTURA

Del primer libro de los Reyes 12, 20-33
CISMA POLÍTICO Y RELIGIOSO

En aquellos días, cuando Israel oyó que Jeroboam había vuelto, mandaron a llamarlo para que fuera a la asamblea, y lo proclamaron rey de Israel. Con la casa de David quedó únicamente la tribu de Judá. Cuando Roboam llegó a Jerusalén, movilizó ciento ochenta mil soldados de Judá y de la tribu de Benjamín, para luchar contra Israel y recuperar el reino para Roboam, hijo de Salomón. Pero Dios dirigió la palabra al profeta Samayas:

«Di a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, a todo Judá y Benjamín y al resto del pueblo: "Así dice el Señor: No vayáis a luchar contra vuestros hermanos, los israelitas; que cada cual se vuelva a su casa, porque esto ha sucedido por voluntad mía."»

Obedecieron a la palabra del Señor y desistieron de la empresa, como Dios lo ordenaba.

Jeroboam fortificó Siquem, en la serranía de Efraím, y residió allí. Luego, salió de Siquem para fortificar Penuel. Y pensó para sus adentros:

«Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue yendo a Jerusalén, para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboam, rey de Judá. Me matarán y volverán a unirse a Roboam, rey de Judá.»

Después de aconsejarse, el rey hizo dos becerros de oro y dijo a la gente:

«¡Ya está bien de subir a Jerusalén! ¡Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto!» Luego, colocó un becerro en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan. También edificó ermitas en los altozanos; puso de sacerdotes a gente de la plebe, que no pertenecía a la tribu de Leví. Instituyó también una fiesta el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Jerusalén, y subió al altar que había levantado en Betel, a ofrecer sacrificios al becerro que había hecho. En Betel estableció a los sacerdotes de las ermitas que había construido en los altozanos. Subió al altar que había hecho en Betel, el día quince del mes octavo (el mes que a él le pareció). Instituyó una fiesta para los israelitas y subió al altar a ofrecer incienso.


RESPONSORIO


R. Moisés dijo al Señor: «Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro. *Perdona a tu pueblo este pecado.»
V. Jeroboam hizo dos becerros de oro y dijo a la gente: «¡Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto!»
R. Perdona a tu pueblo este pecado.

SEGUNDA LECTURA

De las catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 18, 26-29: PG 33,1047-1050)

LA IGLESIA ES LA ESPOSA DE CRISTO

"Católica": éste es el nombre propio de esta Iglesia santa y madre de todos nosotros; ella es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios (porque está escrito: Como Cristo amó a su Iglesia y se entregó a si mismo por ella, y lo que sigue), y es figura y anticipo de la Jerusalén de arriba, que es libre y es nuestra madre la cual, antes estéril, es ahora madre de una prole numerosa.

En efecto, habiendo sido repudiada la primera, en la segunda Iglesia, esto es, la católica, Dios -como dice Pablo- estableció en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas, y toda clase de virtudes: la sabiduría y la inteligencia, la templanza y la justicia, la misericordia y el amor a los hombres, y una paciencia insuperable en las persecuciones.

Ella fue la que antes, en tiempo de persecución y de angustia, con armas ofensivas y defensivas, con honra y deshonra, redimió a los santos mártires con coronas de paciencia entretejidas de diversas y variadas flores; pero ahora, en este tiempo de paz, recibe, por gracia de Dios los honores debidos, de parte de los reyes, de los hombres constituidos en dignidad y de toda clase de hombres. Y la potestad de los reyes sobre sus súbditos está limitada por unas fronteras territoriales; la santa Iglesia católica, en cambio, es la única que goza de una potestad ilimitada en toda la tierra. Tal como está escrito, Dios ha puesto paz en sus fronteras.

En esta santa Iglesia católica, instruidos con esclarecidos preceptos y enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna, por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor. Porque la meta que se nos ha señalado no consiste en algo de poca monta, sino que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe, se nos enseña que, después de aquel artículo: La resurrección de los muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual luchamos los cristianos.

Por tanto, la vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna.


RESPONSORIO


R. Siempre que me acuerdo de vosotros doy gracias a mi Dios. *Tengo plena confianza de que aquel que inició en vosotros tan excelente obra la irá llevando a feliz término hasta el día del advenimiento de Cristo Jesús.
V. Ésta es mi oración: Que vuestro amor vaya creciendo cada vez más en el verdadero conocimiento y en delicadeza espiritual.
R. Tengo plena confianza de que aquel que inició en vosotros tan excelente obra la irá llevando a feliz término hasta el día del advenimiento de Cristo Jesús.

ORACIÓN

Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es fuerte ni santo; aumenta los signos de tu misericordia sobre nosotros, para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos de las cosas pasajeras que por ellas alcancemos con mayor plenitud las eternas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


CONCLUSIÓN


V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.