Liturgia de la Horas

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

8 de julio de 2015



LAUDES

MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Del miércoles II del Salterio
FERIA
INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Antífona: Aclama al Señor, tierra entera,servid al Señor con alegría.

SALMO 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Aclama al Señor, tierra entera,servid al Señor con alegría.

HIMNO

¡Nacidos de la luz!, ¡Hijos del día!
Vamos hacia el Señor de la mañana;
su claridad disipa nuestras sombras
y llena el corazón de regocijo.

Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,
limpie la oscuridad de nuestros ojos
y nos revele, al fin, cuál es la herencia
que nos legó en el Hijo Primogénito.

¡Honor y gloria a Dios, Padre celeste,
por medio de su Hijo Jesucristo
y el don de toda luz, el Santo Espíritu,
que vive por los siglos de los siglos! Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como nuestro Dios?

SALMO 76
RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL

Alzo mi voz a Dios gritando,
alzo mi voz a Dios para que me oiga.

En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.

Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos,
recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:

«¿Es que el Señor nos rechaza para siempre 
y ya no volverá a favorecernos? 
¿ Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa? 
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?»

Y me digo: «¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra, del Altísimo!» 
Recuerdo las proezas del Señor; 
sí, recuerdo tus antiguos portentos, 
medito todas tus obras
y considero tus hazañas.

Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?

Tú, oh Dios, haciendo maravillas, 
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.

Te vio el mar, oh Dios,
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.

Las nubes descargaban sus aguas, 
retumbaban los nubarrones, 
tus saetas zigzagueaban.

Rodaba el estruendo de tu trueno, 
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida.

Tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:

mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 1: Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como nuestro Dios?

Antífona 2: Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.

CÁNTICO: 1 SAMUEL 2, 1-10
ALEGRÍA DE LOS HUMILDES EN DIOS

Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios; 
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.

No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
él es quien pesa las acciones.

Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. 

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.

Él guarda los pasos de sus amigos,
mientras los malvados perecen en las tinieblas, 
porque el hombre no triunfa por su fuerza.

El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
Él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.

Antífona 3: El Señor reina, la tierra goza.

SALMO 96
EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables. 
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.

Delante de él avanza fuego,
abrasando en torno a los enemigos; 
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.

Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos; 
ante él se postran todos los dioses.

Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;

porque tú eres, Señor, 
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.

El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los líbra de los malvados.

Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón. 
Alegraos, justos, con el Señor, 
celebrad su santo nombre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: El Señor reina, la tierra goza.

LECTURA BREVE

Romanos 8, 35.37
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.

RESPONSORIO BREVE

V. Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Su alabanza está siempre en mi boca
R. En todo momento.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. 
R. Bendigo al Señor en todo momento.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Sirvamos con santidad al Señor, todos nuestros días.

LUCAS 1, 68-79
CÁNTICO DE ZACARÍAS. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona: Sirvamos con santidad al Señor, todos nuestros días.

PRECES

Oremos al Señor Jesucristo, que prometió estar con su Iglesia todos los días, hasta el fin del mundo, y digámosle confiados:

Quédate con nosotros, Señor.

Quédate con nosotros, Señor, durante todo el día;
—que el sol de tu gracia nunca decline en nuestras vidas.

Te consagramos este día como oblación agradable a tus ojos,
—y proponemos no hacer ni aprobar nada defectuoso.

Que en todas nuestras palabras y acciones seamos hoy luz del mundo y sal de la tierra
—para cuantos nos contemplen.

Que la gracia del Espíritu Santo habite en nuestros corazones y resplandezca en nuestras obras, 
—para que así permanezcamos en tu amor y en tu alabanza.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal: 

Padre nuestro
que estás en los cielos
santificado sea tu nombre
venga a nosotros tu reino
hagase tu voluntad
asi en la tierra como en el cielo
el pan nuestro de cada día 
danoslo hoy
y perdonanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos
a nuestros deudores
y no nos dejes caer en la tentación 
mas líbranos del mal.


ORACIÓN

Envía, Señor, a nuestros corazones la abundancia de tu luz, para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libres de todo error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

8 de julio de 2015



VÍSPERAS

MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Del miércoles II del Salterio
FERIA
INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

HIMNO
Señor, tú eres santo: yo adoro, yo creo; 
Tu cielo es un libro de páginas bellas, 
Do en luces tranquilas mi símbolo leo, 
Que escribe tu mano con signos de estrellas. 

En vano con sombras el caos se cierra: 
tú miras al caos, la luz nace entonces; 
tú mides las aguas que ciñen la tierra, 
tú mides los siglos que muerden los bronces. 

El mar a la tierra pregunta tu nombre, 
la tierra a las aves que tienden su vuelo; 
las aves lo ignoran; preguntan al hombre, 
y el hombre lo ignora; pregúntenlo al cielo. 

EI mar con sus ecos ha siglos que ensaya 
formar ese nombre, y el mar no penetra 
misterios tan hondos, muriendo en la playa, 
sin que oigan los siglos o sílaba o letra. 

Señor, tú eres santo: yo te amo, yo espero; 
tus dulces bondades cautivan el alma; 
mi pecho gastaron con diente de acero 
los gustos del mundo, vacíos de calma. 

Concede a mis penas la luz de bonanza, 
la paz a mis noches, la paz a mis días; 
tu amor a mi pecho, tu fe y tu esperanza, 
que es bálsamo puro que al ánima envías. 

Amén. 


SALMODIA

Antífona 1: Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

SALMO 61
LA PAZ EN DIOS
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

Antífona 2: Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

SALMO 66
QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia;
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman, 
hasta los confines del orbe. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

Antífona 3: Todo fue creado por él y para él.

CÁNTICO: COLOSENSES 1, 12-20
HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CRIATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz. 

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él:
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. 
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,     
haciendo la paz por la sangre de su cruz. 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Todo fue creado por él y para él.

LECTURA BREVE

1 Pedro 5, 5b-7
Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, para dar su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros.

RESPONSORIO BREVE

V. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
V. A la sombra de tus alas escóndenos.
R. Como a las niñas de tus ojos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Haz, Señor; proezas con tu brazo: dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.

LUCAS 1, 46-55
CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Haz, Señor; proezas con tu brazo: dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.

PRECES

Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe:

Multiplica la gracia y la paz, Señor.

Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó; 
—ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como hierba que florece por la mañana, y por la tarde se seca.

Alimenta a tu pueblo con el maná, para que no perezca de hambre,
—y dale el agua viva, para que nunca más tenga sed.

Que tus fieles busquen los bienes de arriba y aspiren a ellos, 
—y te glorifiquen también con su trabajo y su descanso.

Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas,
—para que la tierra dé fruto abundante.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Que los difuntos puedan contemplar tu faz,
—y que nosotros tengamos un día parte en su felicidad.

Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:   

Padre nuestro
que estás en los cielos
santificado sea tu nombre
venga a nosotros tu reino
hagase tu voluntad
asi en la tierra como en el cielo
el pan nuestro de cada día 
danoslo hoy
y perdonanos nuestras deudas
así como nosotros perdonamos
a nuestros deudores
y no nos dejes caer en la tentación 
mas líbranos del mal.


ORACIÓN

Envía, Señor, a nuestros corazones la abundancia de tu luz, para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libres de todo error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

8 de julio de 2015



COMPLETAS

ORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

HIMNO


Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.


SALMODIA

Antífona 1: Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

SALMO 30, 2-6
SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;

ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;

por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.

En tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás;

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona 1: Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

Antífona 2: Desde lo hondo a ti grito, Señor.

SALMO 129
DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Antífona 2: Desde lo hondo a ti grito, Señor.

LECTURA BREVE

Efesios 4,26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32
CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

BENDICIÓN

V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.Amén.

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.

Bajo tu amparo nos acogemos
Madre del Redentor, virgen fecunda
Salve, Reina de los cielos
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea, pues Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muestranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!




LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA

8 de julio de 2015



OFICIO DE LECTURA

MIÉRCOLES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Del miércoles II del Salterio
FERIA

INVOCACIÓN INICIAL

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Antífona: Aclama al Señor, tierra entera,servid al Señor con alegría.

[ver salmo]     [no ver salmo]



Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Pues busco, debo encontrar;
pues llamo, débenme abrir;
pues pido, me deben dar;
pues amo, débenme amar
aquel que me hizo vivir.

¿Calla? Un día me hablará.
¿Pasa? No lejos irá.
¿Me pone a prueba? Soy fiel.
¿Pasa? No lejos irá:
pues tiene alas mi alma, y va
volando detrás de él.

Es poderoso, mas no
podrá mi amor esquivar;
invisible se volvió,
mas ojos de lince yo
tengo y le habré de mirar.

Alma, sigue hasta el final
en pos del Bien de los bienes,
y consuélate en tu mal
pensando con fe total:
¿Le buscas? ¡Es que lo tienes! Amén


SALMODIA

Antífona 1: También nosotros gemimos en nuestro interior, aguardando la redención de nuestro cuerpo.

SALMO 38 - I
SÚPLICA DE UN ENFERMO
Yo me dije: "vigilaré mi proceder, 
para que no se me vaya la lengua; 
pondré una mordaza a mi boca 
mientras el impío esté presente". 

Guardé silencio resignado, 
no hablé con ligereza; 
pero mi herida empeoró, 
y el corazón me ardía por dentro; 
pensándolo me requemaba, 
hasta que solté la lengua. 

Señor, dame a conocer mi fin 
y cuál es la medida de mis años, 
para que comprenda lo caduco que soy". 

Me concediste un palmo de vida, 
mis días son nada ante ti; 
el hombre no dura más que un soplo, 
el hombre pasa como una sombra, 
por un soplo se afana, 
atesora sin saber para quien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 1: También nosotros gemimos en nuestro interior, aguardando la redención de nuestro cuerpo.

Antífona 2: Escucha, Señor, mi oración: no seas sordo a mi llanto.

SALMO 38 - II
SÚPLICA DE UN ENFERMO
Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda?
Tú eres mi confianza.
Líbrame de mis inquietudes,
no me hagas la burla de los necios.

Enmudezco, no abro la boca,
porque eres tú quien lo ha hecho.
Aparta de mí tus golpes,
que el ímpetu de tu mano me acaba.

Escarmientas al hombre
castigando su culpa;
como una polilla roes sus tesoros;
el hombre no es más que un soplo.

Escucha, Señor, mi oración,
haz caso de mis gritos,
no seas sordo a mi llanto;

porque yo soy huésped tuyo,
forastero como todos mis padres.
Aplácate, dame respiro,
antes de que pase y no exista.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Antífona 2: Escucha, Señor, mi oración: no seas sordo a mi llanto.

Antífona 3: Yo confío en la misericordia del Señor por siempre jamás.

SALMO 51
CONTRA LA VIOLENCIA DE LOS CALUMNIADORES
¿Por qué te glorías de la maldad 
y te envalentonas contra el piadoso? 
Estás todo el día maquinando injusticias, 
tu lengua es navaja afilada, 
autor de fraudes; 

prefieres el mal al bien, 
la mentira a la honradez; 
prefieres las palabras corrosivas, 
lengua embustera. 

Pues Dios te destruirá para siempre, 
te abatirá y te barrerá de tu tienda; 
arrancará tus raíces 
del suelo vital. 

Lo verán los justos, y temerán, 
y se reirán de él: 
"mirad al valiente 
que no puso en Dios su apoyo, 
confió en sus muchas riquezas, 
se insolentó en sus crímenes". 

Pero yo, como verde olivo, 
en la casa de Dios, 
confío en la misericordia de Dios 
por siempre jamás. 

Te daré siempre gracias 
porque has actuado; 
proclamaré delante de tus fieles: 
"Tu nombre es bueno".

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Yo confío en la misericordia del Señor por siempre jamás.

VERSÍCULO

V. Mi alma espera en el Señor.
R. Espera en su palabra.

PRIMERA LECTURA

Del primer libro de Samuel 21, 1-9; 22, 1-5
FUGA DE DAVID

En aquellos días, llegó David a Nob, donde estaba el sacerdote Ajimélec; vino Ajimélec temblando al encuentro de David y le preguntó:

«¿Por qué vienes solo y no hay nadie contigo?»

Respondió David al sacerdote Ajimélec: «El rey me ha dado una orden y me ha dicho: Que nadie sepa el asunto a que te mando y lo que te ordeno. A los muchachos los he citado en tal lugar. Así, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes o lo que haya.»

Respondió el sacerdote a David:

«No tengo a mano pan ordinario, no hay más que pan consagrado; si es que tus hombres se han abstenido al menos del trato con mujer.»

Respondió David al sacerdote:

«Ciertamente que nos hemos abstenido de mujer, como siempre que salgo a campaña, y los cuerpos de los muchachos están puros; aunque es un viaje profano, cierto que hoy sus cuerpos están puros.»

Entonces el sacerdote le dio panes consagrados, porque no había allí otro pan sino el pan de la presencia, el retirado de delante del Señor para colocar pan reciente el día que tocaba retirarlo.

Estaba allí aquel día uno de los servidores de Saúl, detenido ante el Señor; se llamaba Doeg, edomita, jefe de los corredores de Saúl.

Dijo David a Ajimélec:

«¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Porque ni siquiera he cogido mi espada, ni mis armas, pues urgía la orden del rey.»

Respondió el sacerdote:

«Ahí está la espada de Goliat, el filisteo que mataste en el valle del Terebinto, envuelta en un paño detrás del efod; si la quieres, tómala; fuera de ésta, no hay otra.»

Dijo David:

«Ninguna mejor que ella. Dámela.»

David partió de allí y se refugió en la caverna de Adul-lam. Lo supieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y bajaron allí, junto a él. Todo el que se encontraba en apuro, todos los que tenían acreedores y los desesperados se unieron a él, y fue jefe de ellos. Había con él unos cuatrocientos hombres.

De allí se fue David a Mispé de Moab, y dijo al rey de Moab:

«Permite que mi padre y mi madre se queden con vosotros hasta que yo sepa qué va a hacer Dios conmigo.»

Los dejó con el rey de Moab, y se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio.

El profeta Gad dijo a David:

«No te quedes en el refugio. Vete y penetra en las tierras de Judá.» Partió, pues, David, y entró en el bosque de Jéret.

RESPONSORIO (Rm 7, 6; Mc 2, 2-5. 26)


R. Nos hemos desprendido de la ley, muriendo para aquello en que estábamos presos; * sirvamos a Dios en la novedad del espíritu y no en la vejez de la letra.
V. ¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre: cómo entró en la casa de Dios y comió de los panes de la proposición?
R. Sirvamos a Dios en la novedad del espíritu y no en la vejez de la letra.

SEGUNDA LECTURA

Del antiguo opúsculo denominado Doctrina de los doce (Cap. 9, 1-10. 6; 14, 1-3: Funk 2, 14-22. 26)
ACERCA DE LA EUCARISTÍA

Respecto a la acción de gracias, lo haréis de esta manera:

Primeramente sobre el cáliz:

Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David, tu siervo, la que nos diste a conocer por medio de tu siervo Jesús. A ti sea la gloria por los siglos.

Luego sobre el pan partido:

Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos manifestaste por medio de tu siervo Jesús. A ti sea la gloria por los siglos. Como este pan estaba disperso por los montes y después, al ser reunido, se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino. Porque tuya es la gloria y el poder por Jesucristo eternamente.

Pero que de vuestra acción de gracias coman y beban sólo los bautizados en el nombre del Señor, pues acerca de ello dijo el Señor: No deis lo santo a los perros.

Después de saciaros, daréis gracias de esta manera:

Te damos gracias, Padre santo, por tu santo nombre, que hiciste morar en nuestros corazones, y por el conocimiento y la fe y la inmortalidad que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti sea la gloria por los siglos. Tú, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por causa de tu nombre y diste a los hombres comida y bebida para que disfrutaran de ellas. Pero, además, nos has proporcionado una comida y bebida espiritual y una vida eterna por medio de tu Siervo. Ante todo, te damos gracias porque eres poderoso. A ti sea la gloria por los siglos.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu amor, y congrégala de los cuatro vientos, ya santificada, en el reino que has preparado para ella. Porque tuyo es el poder y la gloria por siempre.

Que venga tu gracia y que pase este mundo. ¡Hosanna al Dios de David! El que sea santo, que se acerque. El que no lo sea, que se arrepienta. Marana tha. Amén.

Reunidos cada Domingo, partid el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.

Pero todo aquel que tenga alguna contienda con su compañero, no se reúna con vosotros, sin antes haber hecho la reconciliación, a fin de que no se profane vuestro sacrificio. Porque éste es el sacrificio del que dijo el Señor: En todo lugar y en todo tiempo se me ofrecerá un sacrificio puro, porque yo soy rey grande, dice el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones.

RESPONSORIO (1 Co 10, 16-17)


R. El cáliz bendito que consagramos es la comunión de la sangre de Cristo; * y el pan que partimos es la comunión del cuerpo del Señor.
V. Puesto que es un solo pan, somos todos un solo cuerpo; ya que todos participamos de ese único pan.
R. Y el pan que partimos es la comunión del cuerpo del Señor.


ORACIÓN


Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


CONCLUSIÓN


V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.