LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
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4 de diciembre de 2014VÍSPERASJUEVES DE LA SEMANA I DE ADVIENTODel jueves I del SalterioFERIA INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya HIMNO Este es el tiempo en que llegas, Esposo, tan de repente, que invitas a los que velan y olvidas a los que duermen. Salen cantando a tu encuentro doncellas con ramos verdes y lámparas que guardaron copioso y claro el aceite. ¡Cómo golpearon las necias las puertas de tu banquete! ¡Y cómo lloran a oscuras los ojos que no han de verte! Mira que estamos alerta, Esposo, por si vinieres, y está el corazón velando, mientras los ojos se duermen. Danos un puesto a tu mesa, Amor que a la noche vienes, antes que la noche acabe y que la puerta se cierre. Amén. SALMODIA Antífona 1: Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. SALMO 29 ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN PELIGRO DE MUERTE Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos invita el llanto; por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro: "no vacilaré jamás". Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza; pero escondiste tu rostro, y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios: "¿qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad? Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme". Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, Por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Antífona 2: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. SALMO 31 ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se había vuelto un fruto seco. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: "confesaré al Señor mi culpa", y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas; al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, Por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Antífona 3: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. CÁNTICO: APOCALIPSIS 11, 17-18; 12, 10B-12A EL JUICIO DE DIOS Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las gentes, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos, los profetas, y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, Por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. LECTURA BREVE Santiago 5, 7-8. 9b Aguardad con paciencia, hermanos, hasta la manifestación del Señor. Ved cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra. Lo va aguardando pacientemente, hasta que la tierra reciba las lluvias tempranas y las tardías. Aguardad también vosotros con toda paciencia, fortaleced vuestros corazones, porque la manifestación del Señor está ya cerca. Mirad que el juez está a las puertas. RESPONSORIO BREVE V. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos. R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos. V. Que brille tu rostro y nos salve. R. Señor Dios de los ejércitos. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. LUCAS 1, 46-55 CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. PRECES Imploremos a Cristo, luz resplandeciente que brilla para los que habitan en tierras de sombra, como anunciaron los profetas, y digámosle: Ven, Señor Jesús. Cristo, Palabra de Dios, que en el principio creaste todas las cosas y en la etapa final del mundo tomaste nuestra naturaleza humana, — ven y arráncanos de la muerte. Luz verdadera que alumbra a todo hombre, — ven y disipa las tinieblas de nuestra ignorancia. Hijo único que estás en el seno del Padre, — ven y danos a conocer el amor de Dios. Cristo Jesús, que viniste a nosotros como Hijo del hombre, — concede a cuantos te reciben el poder de ser hijos de Dios. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Tú que abres las puertas de todas las cárceles, — admite en el festín de tus bodas a cuantos aguardan a su entrada. Siguiendo la enseñanza del Salvador, oremos a Dios, diciendo: Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hagase tu voluntad asi en la tierra como en el cielo el pan nuestro de cada día danoslo hoy y perdonanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. ORACIÓN Muestra, Señor, tu poder y ven a socorrernos, para que la abundancia de tu misericordia nos alcance los bienes que nuestros pecados han retardado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. |
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4 de diciembre de 2014COMPLETASORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL JUEVES DE LA SEMANA I DEL TIEMPO ADVIENTOINVOCACIÓN INICIALV. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HIMNO Se inclina ya mi frente, sellado está el trabajo; Señor, tu pecho sea la gracia del descanso. Mis ojos se retiran, la voz deja su canto, pero el amor enciende su lámpara velando. Lucero que te fuiste, con gran amor amado, en tu gloria dormimos y en sueños te adoramos. Amén. SALMODIA Antífona 1: Mi carne descansa serena. SALMO 15 EL SEÑOR ES EL LOTE DE MI HEREDAD Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi bien". Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Mi carne descansa serena. LECTURA BREVE 1 Tesalonicenses 5, 23 Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32 CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. BENDICIÓN V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R.Amén. ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado. Bajo tu amparo nos acogemos Madre del Redentor, virgen fecunda Salve, Reina de los cielos Dios te salve, Reina y Madre de misericordia Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muestranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! |
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4 de diciembre de 2014OFICIO DE LECTURAJUEVES DE LA SEMANA I DE ADVIENTODel jueves I del SalterioFERIA INVOCACIÓN INICIAL Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Antífona: Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle. [ver salmo] [no ver salmo] Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. HIMNO Se puede tomar de Laudes o de Vísperas, según el momento del día en que se rece el Oficio de lectura, o bien: De luz nueva se viste la tierra, porque el Sol que del cielo ha venido, en la entraña feliz de la Virgen, de su carne se ha revestido. El amor hizo nuevas las cosas, el Espíritu ha descendido y la sombra del que todo puede en la Virgen su luz ha encendido. Ya la tierra reclama su fruto y de bodas se anuncia alegría; el Señor que en los cielos habita se hizo carne en la Virgen María. Gloria a Dios, el Señor poderoso, a su Hijo y Espíritu Santo, que amoroso nos ha bendecido y a su reino nos ha destinado. Amén. SALMODIA Antífona 1: La promesa del Señor es escudo para los que a ella se acogen.SALMO 17 - IV EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR Perfecto es el camino de Dios, acendrada es la promesa del Señor; él es escudo para los que a él se acogen. ¿Quién es dios fuera del Señor? ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios me ciñe de valor y me enseña un camino perfecto. Él me da pies de ciervo, y me coloca en las alturas; él adiestra mis manos para la guerra, y mis brazos para tensar la ballesta. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: La promesa del Señor es escudo para los que a ella se acogen. Antífona 2: Tu diestra, Señor, me sostuvo. SALMO 17 - V EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR Me dejaste tu escudo protector, tu diestra me sostuvo, multiplicaste tus cuidados conmigo. Ensanchaste el camino a mis pasos, y no flaquearon mis tobillos; yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo, y no me volvía sin haberlo aniquilado: los derroté, y no pudieron rehacerse, cayeron bajo mis pies. Me ceñiste de valor para la lucha, doblegaste a los que me resistían; hiciste volver a la espalda a mis enemigos, rechazaste a mis adversarios. Pedían auxilio, pero nadie los salvaba; gritaban al Señor, pero no les respondía. Los reduje a polvo, que arrebataba el viento; los pisoteaba como barro de las calles. Me libraste de las contiendas de mi pueblo, me hiciste cabeza de naciones, un pueblo extraño fue mi vasallo. Los extranjeros me adulaban, me escuchaban y me obedecían. Los extranjeros palidecían y salían temblando de sus baluartes. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 2: Tu diestra, Señor, me sostuvo. Antífona 3: Viva el Señor, bendito sea mi Dios y Salvador. SALMO 17 - VI EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: el Dios que me dio el desquite y me sometió los pueblos; que me libró de mis enemigos, me levantó sobre los que resistían y me salvó del hombre cruel. Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, y tañeré en honor de tu nombre: tu diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido, de David y su linaje por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: Viva el Señor, bendito sea mi Dios y Salvador. VERSÍCULO V. Escuchad, naciones, la palabra del Señor. R. Y proclamadla en todos los confines de la tierra. PRIMERA LECTURA Del libro del profeta Isaías 16, 1-5; 17, 4-8 SIÓN REFUGIO DE LOS MOABITAS. CONVERSIÓN DE EFRAÍM Enviad corderos al señor del país desde la Roca del Desierto al monte de la hija de Sión. Como aves espantadas, nidada dispersa, serán las hijas de Moab cabe los vados del Arnón. Presenta algún plan, toma una decisión. Haz tu sombra como la noche en pleno mediodía; esconde a los acosados, al fugitivo no delates. Acójanse en ti los acosados de Moab; sé para ellos cobijo ante el devastador. Cuando no queden tiranos, acabe la devastación, y desaparezcan del país los opresores, será establecido sobre la piedad el trono, y se sentará en él con lealtad —en la tienda de David— un juez que busque el derecho, y sea presto a la justicia. Aquel día, será debilitada la gloria de Jacob, y su gordura enflaquecerá. Será como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas siega; será como espigador en el valle de Refaím, —que quedan en él rebuscos—; como en el vareo del olivo: dos, tres bayas en la punta de la guía; cuatro, cinco en sus ramas fructíferas —oráculo del Señor, el Dios de Israel—. Aquel día se dirigirá el hombre a su Hacedor, y sus ojos hacia el Santo de Israel mirarán. No se fijará en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus dedos mirará: los cipos y las estelas solares. RESPONSORIO R. Suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y practicará el derecho en la tierra. * Y será llamado «El Señor—nuestra—justicia». V. Se fundará en la clemencia un trono: sobre él se sentará con lealtad un juez celoso del derecho. R. Y será llamado «El Señor—nuestra—justicia». SEGUNDA LECTURA Del Comentario de san Efrén, diácono, sobre el Diatésaron (Cap. 18,15-17: SC 121, 325-328) VIGILAD, PUES VENDRÁ DE NUEVO Para atajar toda pregunta de sus discípulos sobre el momento de su venida, Cristo dijo: Esa hora nadie la sabe, ni los ángeles ni el Hijo. No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas. Quiso ocultarnos esto para que permanezcamos en vela y para que cada uno de nosotros pueda pensar que ese acontecimiento se producirá durante su vida. Si el tiempo de su venida hubiera sido revelado, vano sería su advenimiento, y las naciones y siglos en que se producirá ya no lo desearían. Ha dicho muy claramente que vendrá, pero sin precisar en qué momento. Así todas las generaciones y todas las épocas lo esperan ardientemente. Aunque el Señor haya dado a conocer las señales de su venida, no se advierte con claridad el término de las mismas, pues, sometidas a un cambio constante, estas señales han aparecido y han pasado ya; más aún, continúan todavía. La última venida del Señor, en efecto, será semejante a la primera. Pues, del mismo modo que los justos y los profetas lo deseaban, porque creían que aparecería en su tiempo, así también cada uno de los fieles de hoy desea recibirlo en su propio tiempo, por cuanto que Cristo no ha revelado el día de su aparición. Y no lo ha revelado para que nadie piense que él, dominador de la duración y del tiempo, está sometido a alguna necesidad o a alguna hora. Lo que el mismo Señor ha establecido, ¿cómo podría ocultársele, siendo así que él mismo ha detallado las señales de su venida? Ha puesto de relieve esas señales para que, desde entonces, todos los pueblos y todas las épocas pensaran que el advenimiento de Cristo se realizaría en su propio tiempo. Velad, pues cuando el cuerpo duerme, es la naturaleza quien nos domina; y nuestra actividad entonces no está dirigida por la voluntad, sino por los impulsos de la naturaleza. Y cuando reina sobre el alma un pesado sopor —por ejemplo, la pusilanimidad o la melancolía—, es el enemigo quien domina al alma y la conduce contra su propio gusto. Se adueña del cuerpo la fuerza de la naturaleza, y del alma el enemigo. Por eso ha hablado nuestro Señor de la vigilancia del alma y del cuerpo, para que el cuerpo no caiga en un pesado sopor ni el alma en el entorpecimiento y el temor, como dice la Escritura: Sacudíos la modorra, como es razón; y también: Me he levantado y estoy contigo; y todavía: No os acobardéis. Por todo ello, nosotros, encargados de este ministerio, no nos acobardamos. RESPONSORIO R. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David, * lo he puesto como testigo mío ante los pueblos, caudillo y soberano de naciones. V. Esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles, y ciertamente que lo escucharán. R. Lo he puesto como testigo mío ante los pueblos, caudillo y soberano de naciones. ORACIÓN Señor, despierta en tus fieles el deseo de prepararse a la venida de Cristo por la práctica de las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. |