LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
13 de febrero de 2015VÍSPERASVIERNES DE LA SEMANA V DEL TIEMPO ORDINARIODel viernes I del SalterioFERIA INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya HIMNO Calor de Dios en sangre redentora, y un río de piedad en tu costado; bajo tu cruz quédeme arrodillado, con ansia y gratitud siempre deudora. Conózcate, oh Cristo, en esta hora de tu perdón; mi beso apasionado, de ardientes labios en tu pie clavado, sea flecha de amor y paz de aurora. Conózcame en tu vía dolorosa y conozca, Señor, en los fulgores de tus siete palabras, mi caída; que en esta cruz pujante y misteriosa pongo, sobre el amor de mis amores, el amor entrañable de mi vida. Amén. SALMODIA Antífona 1: Sáname, Señor, porque he pecado contra ti. SALMO 40 ORACIÓN DE UN ENFERMO Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos. El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: «Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti.» Mis enemigos me desean lo peor: «A ver si se muere, y se acaba su apellido.» El que viene a verme habla con fingimiento, disimula su mala intención, y, cuando sale afuera, la dice. Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí, hacen cálculos siniestros: «Padece un mal sin remedio, se acostó para no levantarse.» Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba, que compartía mi pan, es el primero en traicionarme. Pero tú, Señor, apiádate de mí, haz que pueda levantarme, para que yo les dé su merecido. En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí. A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre. Amén, amén. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Sáname, Señor, porque he pecado contra ti. Antífona 2: El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. SALMO 45 DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. Que hiervan y bramen sus olas, que sacudan a los montes con su furia: El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora. Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan; pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra: Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe, rompe los arcos, quiebra las lanzas, prende fuego a los escudos. «Rendíos, reconoced que yo soy Dios: más alto que los pueblos, más alto que la tierra.» El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 2: El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Antífona 3: Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor. CÁNTICO: APOCALIPSIS 15,3-4 CANTO DE LOS VENCEDORES Grandes y maravillosas son tus obras Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor. LECTURA BREVE Romanos 15, 1-3 Nosotros, los robustos, debemos cargar con los achaques de los endebles y no buscar lo que nos agrada. Procuremos cada uno dar satisfacción al prójimo en lo bueno, mirando a lo constructivo. Tampoco Cristo buscó su propia satisfacción; al contrario, como dice la Escritura: «Las afrentas con que te afrentaban cayeron sobre mí.» RESPONSORIO BREVE V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre. R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre. V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para el Dios y Padre suyo. R. Por la virtud de su sangre. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia. LUCAS 1, 46-55 CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia. PRECES Bendigamos a Dios, que mira propicio los deseos de los necesitados y a los hambrientos los colma de bienes; digámosle confiados: Muéstranos, Señor, tu misericordia. Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la Iglesia que sufren: acuérdate que, por ellos, Cristo, cabeza de la Iglesia, ofreció en la cruz el verdadero sacrificio vespertino. Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de las viudas y de los huérfanos, y haz que todos nos preocupemos de los que sufren. Concede a tus hijos la fuerza necesaria para resistir las tentaciones del Maligno. Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte: que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Conduce a los difuntos a la luz donde tú habitas, para que puedan contemplarte eternamente. Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir: Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hagase tu voluntad asi en la tierra como en el cielo el pan nuestro de cada día danoslo hoy y perdonanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. ORACIÓN Dios misericordioso, que has iluminado las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu Palabra: acrecienta en nosotros la fe que tú mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. |
LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
13 de febrero de 2015COMPLETASORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL VIERNES DE LA SEMANA V DEL TIEMPO ORDINARIOINVOCACIÓN INICIALV. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HIMNO Cuando acabamos el día te suplicamos, Señor, nos hagas de centinela y otorgues tu protección. Que te sintamos: contigo sueñe nuestro corazón para cantar tus loores de nuevo al salir el sol. Danos vida saludable, alienta nuestro calor, tu claridad ilumine la oscuridad que llegó. Dánoslo, Padre piadoso, por Jesucristo, el Señor, que reina con el Espíritu Santo vivificador. Amén. SALMODIA Antífona 1: Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. SALMO 87 ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oido a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar. Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias? ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido? Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro? Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores, pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido: me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una; alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. LECTURA BREVE Jeremías 14, 9 Tú estás en medio de nosotros, Señor; tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor, Dios nuestro. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32 CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, le imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor. BENDICIÓN V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R.Amén. ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado. Bajo tu amparo nos acogemos Madre del Redentor, virgen fecunda Salve, Reina de los cielos Dios te salve, Reina y Madre de misericordia Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muestranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! |
LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
13 de febrero de 2015OFICIO DE LECTURAVIERNES DE LA SEMANA V DEL TIEMPO ORDINARIODel viernes I del SalterioFERIA INVOCACIÓN INICIAL Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Antífona: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. [ver salmo] [no ver salmo] Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. HIMNO Delante de tus ojos ya no enrojecemos a causa del antiguo pecado de tu pueblo. Arrancarás de cuajo el corazón soberbio y harás un pueblo humilde de corazón sincero. En medio de los pueblos nos guardas como un resto, para cantar tus obras y adelantar tu reino. Seremos raza nueva para los cielos nuevos; sacerdotal estirpe, según tu Primogénito. Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos. Señalarás entonces el día del regreso para los que comían su pan en el destierro. ¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo! Porque el Señor, que es justo, revoca sus decretos: la salvación se anuncia donde acechó el infierno, porque el Señor habita en medio de su pueblo. Amén. SALMODIA Antífona 1: Levántate, Señor, y ven en mi auxilio.SALMO 34 - I SÚPLICA CONTRA LOS PERSEGUIDORES INJUSTOS Pelea, Señor, contra los que me atacan, guerrea contra los que me hacen guerra; empuña el escudo y la adarga, levántate y ven en mi auxilio; di a mi alma: yo soy tu victoria. Y yo me alegraré con el Señor, gozando de su victoria; todo mi ser proclamará: Señor, ¿quién como tú, que defiendes al débil del poderoso, al pobre y humilde del explotador?. Se presentaban testigos violentos: me acusaban de cosas que ni sabía, me pagaban mal por bien, dejándome desamparado. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: Levántate, Señor, y ven en mi auxilio. Antífona 2: Juzga, Señor, y defiende mi causa, tú que eres poderoso. SALMO 34 - II SÚPLICA CONTRA LOS PERSEGUIDORES INJUSTOS Yo, en cambio, cuando estaban enfermos, me vestía de saco, me mortificaba con ayunos y desde dentro repetía mi oración. Como por un amigo o por un hermano, andaba triste; cabizbajo y sombrío, como quien llora a su madre. Pero, cuando yo tropecé, se alegraron, se juntaron contra mí y me golpearon por sorpresa; me laceraban sin cesar. Cruelmente se burlaban de mí, rechinando los dientes de odio. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 2: Juzga, Señor, y defiende mi causa, tú que eres poderoso. Antífona 3: Mi lengua anunciará tu justicia, todos los días te alabaré, Señor. SALMO 34 - III SÚPLICA CONTRA LOS PERSEGUIDORES INJUSTOS Señor, ¿cuándo vas a mirarlo? Defiende mi vida de los que rugen, mi único bien, de los leones, y te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré entre la multitud del pueblo. Que no canten victoria mis enemigos traidores, que no hagan guiños a mi costa los que me odian sin razón. Señor, tú lo has visto, no te calles, Señor, no te quedes a distancia; despierta, levántate, Dios mío, Señor mío, defiende mi causa. Que canten y se alegren los que desean mi victoria, que repitan siempre: "Grande es el Señor" los que desean la paz a tu siervo. Mi lengua anunciará tu justicia, todos los días te alabaré. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: Mi lengua anunciará tu justicia, todos los días te alabaré, Señor. VERSÍCULO V. Hijo mío, conserva mis palabras. R. Conserva mis mandatos y vivirás. PRIMERA LECTURA De la primera carta a los Corintios 5, 1-13 JUICIO CONTRA LA INMORALIDAD Hermanos: De hecho, se oye decir que entre vosotros reina la lujuria; pero una lujuria tal, que ni siquiera entre los gentiles; porque llega al extremo de tener uno por mujer a su madrastra. Y vosotros, tan hinchados de orgullo, ¿cómo no lo deplorasteis, para hacer que desapareciese quien tal hizo? Pues bien, yo, ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, he dado ya mi sentencia, como si me encontrase ahí, contra el autor de esa mala acción. En el nombre de Jesús, Señor nuestro, congregados en asamblea vosotros y mi espíritu, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, he determinado que sea entregado ese tal a Satanás, para su ruina material, a fin de que su espíritu sea salvo en el día de Jesús, el Señor. No es vuestra jactancia de buena ley. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, ya que ahora sois panes ázimos, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. Así, pues, celebremos nuestra fiesta no con la vieja levadura ni con levadura de malicia y perversidad, sino con los panes ázimos de pureza y verdad. Os escribí en una carta que no tuvierais trato alguno con los deshonestos. No me refería en general a los deshonestos de este mundo, ni a los avaros, ni a los ladrones, ni a los idólatras; para eso tendríais que escapar de este mundo. Os escribí que no tuvierais trato alguno con el que, llevando el nombre de hermano, fuese deshonesto, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón. Con estos tales, ¡ni comer! Porque, ¿cómo va a tocarme a mí juzgar a los de fuera de la Iglesia? ¿No juzgáis vosotros a los de dentro? Dios juzgará a los de fuera. Arrojad al perverso de en medio de vosotros. RESPONSORIO R. Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. * Así, pues, celebremos nuestra fiesta con el cuerpo del Señor. V. Fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para nuestra justificación. R. Así, pues, celebremos nuestra fiesta con el cuerpo del Señor. SEGUNDA LECTURA De los sermones de san León Magno, papa (Sermón 7 en la Natividad del Señor, 2. 6: PL 54, 217-218. 220-221) RECONOCE LA DIGNIDAD DE TU NATURALEZA Al nacer nuestro Señor Jesucristo como hombre verdadero, sin dejar por un momento de ser Dios verdadero, realizó en sí mismo el comienzo de la nueva creación y, con su nuevo origen, dio al género humano un principio de vida espiritual. ¿Qué mente será capaz de comprender este misterio, qué lengua será capaz de explicar semejante don? La iniquidad es transformada en inocencia, la antigua condición humana queda renovada; los que eran enemigos y estaban alejados de Dios se convierten en hijos adoptivos y herederos suyos. Despierta, oh hombre, y reconoce la dignidad de tu naturaleza. Recuerda que fuiste hecho a imagen de Dios; esta imagen, que fue destruida en Adán, ha sido restaurada en Cristo. Haz uso como conviene de las criaturas visibles, como usas de la tierra, del mar, del cielo, del aire, de las fuentes y de los ríos; y todo lo que hay en ellas de hermoso y digno de admiración conviértelo en motivo de alabanza y gloria del Creador. Deja que tus sentidos corporales se impregnen de esta luz corporal y abraza, con todo el afecto de tu mente, aquella luz verdadera que viniendo a este mundo alumbra a todo hombre, y de la cual dice el salmista: Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si somos templos de Dios y el Espíritu de Dios habita en nosotros, es mucho más lo que cada fiel lleva en su interior que todas las maravillas que contemplamos en el cielo. Con estas palabras, amadísimos hermanos, no queremos induciros o persuadiros a que despreciéis las obras de Dios, o que penséis que las cosas buenas que ha hecho el Dios bueno significan un obstáculo para vuestra fe; lo que pretendemos es que uséis de un modo racional y moderado de todas las criaturas y de toda la belleza de este mundo, pues, como dice el Apóstol, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno. Por consiguiente, puesto que hemos nacido para las cosas presentes y renacido para las futuras, no nos entreguemos de lleno a los bienes temporales, sino tendamos como a nuestra meta, a los eternos; y, para que podamos mirar más de cerca el objeto de nuestra esperanza, pensemos qué es lo que la gracia divina ha obrado en nosotros. Oigamos las palabras del Apóstol: Habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria, el cual vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. RESPONSORIO R. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, * tocaré para ti el arpa de diez cuerdas. V. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. R. Tocaré para ti el arpa de diez cuerdas. ORACIÓN Señor, protege a tu pueblo con tu amor siempre fiel y, ya que sólo en ti hemos puesto nuestra esperanza, defiéndenos siempre con tu poder. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. |