LAUDES - VISPERAS - COMPLETAS - OFICIO DE LECTURA
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30 de junio de 2015VÍSPERASMARTES DE LA SEMANA XIII DEL TIEMPO ORDINARIODel martes V del SalterioFERIA INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya HIMNO Nos dijeron de noche que estabas muerto, y la fe estuvo en vela junto a tu cuerpo; la noche entera la pasamos queriendo mover la piedra. Con la vuelta del sol volverá a ver la tierra la gloria del Señor. No supieron contarlo los centinelas, nadie supo la hora ni la manera; antes del día, se cubrieron de gloria tus cinco heridas. Con la vuelta del sol, volverá a ver la tierra la gloria del Señor. Si los cinco sentidos buscan el sueño, que la fe tenga el suyo vivo y despierto; la fe velando para verte de noche resucitado. Con la vuelta del sol, volverá a ver la tierra la gloria del Señor. Amén. SALMODIA Antífona 1: El Señor de la victoria a su Ungido. SALMO 19 ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY Que te escuche el Señor el día del peligro, que te sostenga el nombre del Dios de Jacob; que te envíe auxilio desde el santuario, que te apoye desde el monte de Sión. Que se acuerde de todas tus ofrendas, que le agraden tus sacrificios; que cumpla el deseo de tu corazón, que dé éxito a todos tus planes. Que podamos celebrar tu victoria y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes; que el Señor te conceda todo lo que pides. Ahora reconozco que el Señor da la victoria a su ungido, que lo ha escuchado desde su santo cielo, con los prodigios de su mano victoriosa. Unos confían en sus carros, otros en su caballería; nosotros invocamos el nombre del Señor, Dios nuestro. Ellos cayeron derribados, nosotros nos mantenemos en pie. Señor, da la victoria al Rey y escúchanos cuando te invocamos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: El Señor de la victoria a su Ungido. Antífona 2: Al son de instrumentos cantaremos tu poder. SALMO 20, 2-8.14 ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecidlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia; porque el rey confía en el Señor, y con la gracia del Altísimo no fracasará. Levántate, Señor, con tu fuerza, y al son de instrumentos cantaremos tu poder. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 2: Al son de instrumentos cantaremos tu poder. Antífona 3: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. CÁNTICO: APOCALIPSIS 4,11; 5, 9-10. 12 HIMNO A DIOS CREADOR Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes y reinan sobre la tierra. Digno es el cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. LECTURA BREVE 1 Juan 3,1-2 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. RESPONSORIO BREVE V. Tu Palabra Señor es eterna, más estable que el cielo. R. Tu Palabra Señor es eterna, más estable que el cielo. V. Tu fidelidad de generación en generación R. Más estable que el cielo. V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R. Tu Palabra Señor es eterna, más estable que el cielo. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. LUCAS 1, 46-55 CÁNTICO DE MARÍA. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. PRECES Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, el pueblo adquirido por él, y supliquémosle, diciendo: Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor. Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que las gobiernan: —que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la paz. Tú que hiciste cautiva nuestra cautividad, —devuelve la libertad de los hijos de Dios a todos aquellos hermanos nuestros que sufren esclavitud en el cuerpo o en el espíritu. Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas —y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida. Que los niños imiten tu ejemplo —y crezcan siempre en sabiduría y en gracia. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Acoge a los difuntos en tu reino, —donde también nosotros esperamos reinar un día contigo. Terminemos nuestra oración con las palabras que nos enseñó Cristo: Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hagase tu voluntad asi en la tierra como en el cielo el pan nuestro de cada día danoslo hoy y perdonanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. ORACIÓN Escucha, Señor, nuestra oración matutina con la luz de tu misericordia alumbra la oscuridad de nuestro corazón: para que, habiendo sido iluminados por tu claridad, no andemos nunca tras las obras de las tinieblas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. |
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30 de junio de 2015COMPLETASORACIÓN ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO EN EL MARTES DE LA SEMANA XIII DEL TIEMPO ORDINARIOINVOCACIÓN INICIALV. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HIMNO Cristo, Señor de la noche, que disipas las tinieblas: mientras los cuerpos reposan, se tú nuestro centinela. Después de tanta fatiga, depués de tanta dureza, acógenos en tus brazos y danos noche serena. Si nuestros ojos se duermen, que el alma esté siempre en vela; en paz cierra nuestros párpados para que cesen las penas. Y que al despuntar el alba, otra vez con fuerzas nuevas, te demos gracias, oh Cristo, por la vida que comienza. Amén. SALMODIA Antífona 1: No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. SALMO 142,1-11 ORACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me pesigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tu eres mi Dios. Tu espíritu que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Antífona 1: No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. LECTURA BREVE 1 Pedro 5, 8-9 Sed sobrios, estad despiertos, vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CANTICO DE SIMEÓN. LC 2, 29-32 CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. BENDICIÓN V.El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R.Amén. ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado. Bajo tu amparo nos acogemos Madre del Redentor, virgen fecunda Salve, Reina de los cielos Dios te salve, Reina y Madre de misericordia Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muestranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! |
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30 de junio de 2015OFICIO DE LECTURAMARTES DE LA SEMANA XIII DEL TIEMPO ORDINARIODel martes V del SalterioFERIA INVOCACIÓN INICIAL Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Antífona: Al Señor, al gran Rey, venid, adorémosle [ver salmo] [no ver salmo] Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. HIMNO Alabemos a Dios que, en su Palabra, nos revela el designio salvador, y digamos en súplica confiada: «Renuévame por dentro, mi Señor.» No cerremos el alma a su llamada ni dejemos que arraigue el desamor; aunque dura es la lucha, su palabra será bálsamo suave en el dolor. Caminemos los días de esta vida como tiempo de Dios y de oración; él es fiel a la alianza prometida: «Si eres mi pueblo, yo seré tu Dios.» Tú dijiste, Jesús, que eras camino para llegar al Padre sin temor; concédenos la gracia de tu Espíritu que nos lleve al encuentro del Señor. Amén. SALMODIA Antífona 1: El Señor hará justicia a los pobres.SALMO 9 B - I CANTO DE ACCIÓN DE GRACIAS ¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en el momento del aprieto? La soberbia del impío oprime al infeliz y lo enreda en las intrigas que ha tramado. El malvado se gloría de su ambición, el codicioso blasfema y desprecia al Señor. El malvado dice con insolencia: «No hay Dios que me pida cuentas.» La intriga vicia siempre su conducta, aleja de su mente tus juicios y desafía a sus rivales. Piensa: «No vacilaré, nunca jamás seré desgraciado.» Su boca está llena de maldiciones, de engaños y de fraudes; su lengua encubre maldad y opresión; en el zaguán se sienta al acecho para matar a escondidas al inocente. Sus ojos espían al pobre; acecha en su escondrijo como león en su guarida, acecha al desgraciado para robarle, arrastrándolo a sus redes; se agacha y se encoge y con violencia cae sobre el indefenso. Piensa: «Dios lo olvida, se tapa la cara para no enterarse.» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1: El Señor hará justicia a los pobres. Antífona 2: Tú, Señor, ves las penas y los trabajos. SALMO 9 B - II CANTO DE ACCIÓN DE GRACIAS Levántate, Señor, extiende tu mano, no te olvides de los humildes; ¿por qué ha de despreciar a Dios el malvado, pensando que no le pedirá cuentas? Pero tú ves las penas y los trabajos, tú miras y los tomas en tus manos. A ti se encomienda el pobre, tú socorres al huérfano. Rómpele el brazo al malvado, pídele cuentas de su maldad, y que desaparezca. El Señor reinará eternamente y los gentiles desaparecerán de su tierra. Señor, tú escuchas los deseos de los humildes, les prestas oído y los animas; tú defiendes al huérfano y al desvalido: que el hombre hecho de tierra no vuelva a sembrar su terror. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 2: Tú, Señor, ves las penas y los trabajos. Antífona 3: Las palabras del Señor son palabras sinceras, como plata refinada siete veces. SALMO 11 INVOCACIÓN A LA FIDELIDAD DE DIOS Sálvanos, Señor, que se acaban los buenos, que desaparece la lealtad entre los hombres: no hacen más que mentir a su prójimo, hablan con labios embusteros y con doblez de corazón. Extirpe el Señor los labios embusteros y la lengua fanfarrona de los que dicen: "la lengua es nuestra fuerza, nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro amor?" El Señor responde: "por la opresión del humilde, por el gemido del pobre, yo me levantaré, y pondré a salvo al que lo ansía". Las palabras del Señor son palabras auténticas, como plata limpia de ganga, refinada siete veces. Tú nos guardarás, Señor, nos librarás para siempre de esa gente: de los malvados que merodean para chupar como sanguijuelas sangre humana. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 3: Las palabras del Señor son palabras sinceras, como plata refinada siete veces. VERSÍCULO V. El Señor hace caminar a los humildes con rectitud. R. Enseña su camino a los humildes. PRIMERA LECTURA Del primer libro de Samuel 9, 1-6. 14-10, 1 SAÚL, ELEGIDO REY, ES UNGIDO POR SAMUEL En aquellos días, había un hombre de Loma de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, de Seror, de Becorá, de Afiaj, benjaminita, de buena posición. Tenía un hijo que se llamaba Saúl, un mozo bien plantado; era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de los hombros arriba. A su padre, Quis, se le habían extraviado unas burras; y dijo a su hijo Saúl: «Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras.» Cruzaron la serranía de Efraím y atravesaron la comarca de Salisá, pero no las encontraron. Atravesaron la comarca de Saalín, y nada. Atravesaron la comarca de Benjamín, y tampoco. Cuando llegaron a la comarca de Suf, Saúl dijo al criado que iba con él: «Vamos a volvernos, no sea que mi padre prescinda de las burras y empiece a preocuparse por nosotros.» Pero el criado repuso: «Precisamente en ese pueblo hay un hombre de Dios de gran fama; lo que él dice sucede sin falta. Vamos allá. A lo mejor nos orienta sobre lo que andamos buscando.» Subieron al pueblo. Y, justamente cuando entraban en el pueblo, se encontró con ellos Samuel, según salía para subir al altozano. El día antes de llegar Saúl, el Señor había revelado a Samuel: «Mañana te enviaré un hombre de la región de Benjamín, para que lo unjas como jefe de mi pueblo, Israel, y libre a mi pueblo de la dominación filistea; porque he visto la aflicción de mi pueblo, sus gritos han llegado hasta mí.» Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: «Ése es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.» Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: «Haz el favor de decirme dónde está la casa del vidente.» Samuel le respondió: «Yo soy el vidente. Sube delante de mí al altozano; hoy coméis conmigo y mañana te dejaré marchar y te diré todo lo que piensas. Por las burras que se te perdieron hace tres días, no te preocupes, que ya aparecieron. Además, ¿a quién anhela todo Israel? A ti y a la familia de tu padre.» Saúl respondió: «¡Si yo soy de Benjamín, la menor de las tribus de Israel! Y, de todas las familias de Benjamín, mi familia es la menos importante. ¿Por qué me dices eso?» Entonces, Samuel tomó a Saúl y a su criado, los hizo entrar en el comedor y los puso en la presidencia de los convidados, unas treinta personas. Luego, dijo al cocinero: «Trae la ración que te encargué, la que te dije que apartases.» El cocinero tomó la pierna y la cola del animal sacrificado, y se lo sirvió a Saúl. Samuel dijo: «Ahí tienes lo que te reservaron; come, que te lo han guardado para esta ocasión, para que lo comas con los convidados.» Así, pues, Saúl comió aquel día con Samuel. Después, bajaron del altozano hasta el pueblo, prepararon la cama a Saúl en la azotea, y se acostó. Al despuntar el sol, Samuel fue a la azotea a llamarlo: «Levántate que voy a despedirte.» Saúl se levantó, y los dos, él y Samuel, salieron de casa. Cuando habían bajado hasta las afueras, Samuel le dijo: «Dile al criado que vaya delante; tú párate un momento y te comunicaré la palabra de Dios.» Tomó la aceitera, derramó aceite sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo: «El Señor te unge como jefe de su heredad, de su pueblo, Israel; tú gobernarás el pueblo del Señor, tú lo salvarás de los enemigos vecinos. Y ésta será para ti la señal de que el Señor te ha ungido como jefe de su heredad.» RESPONSORIO (1 S 10, 1; Sal 44, 5) R. El Señor te unge como jefe de su heredad, de su pueblo, Israel; * tú lo salvarás de los enemigos. V. Es tu gala y tu orgullo; cabalga victorioso por la verdad y la justicia. R. Tú lo salvarás de los enemigos. SEGUNDA LECTURA De los sermones de san Agustín, obispo (Sermón 47, Sobre las ovejas, 12-14: CCL 41, 582-584) SI BUSCARE AGRADAR A LOS HOMBRES, NO SERÍA SIERVO DE CRISTO Si de algo podemos preciarnos es del testimonio de nuestra conciencia. Hay hombres que juzgan temerariamente, que son detractores, chismosos, murmuradores, que se empeñan en sospechar lo que no ven, que se empeñan incluso en pregonar lo que ni sospechan; contra esos tales, ¿qué recurso queda sino el testimonio de nuestra conciencia? Y ni aun en aquellos a los que buscamos agradar, hermanos, buscamos nuestra propia gloria, o al menos no debemos buscarla, sino más bien su salvación, de modo que, siguiendo nuestro ejemplo, si es que nos comportamos rectamente, no se desvíen. Que sean imitadores nuestros, si nosotros lo somos de Cristo; y, si nosotros no somos imitadores de Cristo, que tomen al mismo Cristo por modelo. Él es, en efecto, quien apacienta su rebaño, él es el único pastor que lo apacienta por medio de los demás buenos pastores, que lo hacen por delegación suya. Por tanto, cuando buscamos agradar a los hombres, no buscamos nuestro propio provecho, sino el gozo de los demás, y nosotros nos gozamos de que les agrade lo que es bueno, por el provecho que a ellos les reporta, no por el honor que ello nos reporta a nosotros. Está bien claro contra quiénes dijo el Apóstol: Si siguiera todavía agradando a los hombres, no seria siervo de Cristo. Como también está claro a quiénes se refería al decir: Procurad contentar en todo a todos, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos. Ambas afirmaciones son límpidas, claras y transparentes. Tú limítate a pacer y beber, sin pisotear ni enturbiar. Conocemos también aquellas palabras del Señor Jesucristo, maestro de los apóstoles: Alumbre vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo, esto es, al que os ha hecho tales. Nosotros somos su pueblo, el rebaño que él guía. Por lo tanto, él ha de ser alabado, ya que él es de quien procede la bondad que pueda haber en ti, y no tú, ya que de ti mismo no puede proceder más que maldad. Sería contradecir a la verdad si quisieras ser tú alabado cuando haces algo bueno, y que el Señor fuera vituperado cuando haces algo malo. El mismo que dijo: Alumbre vuestra luz a los hombres, dijo también en la misma ocasión: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres. Y, del mismo modo que estas palabras te parecían contradictorias en boca del Apóstol, así también en el Evangelio. Pero si no enturbias el agua de tu corazón, también en ellas reconocerás la paz de las Escrituras, y participarás tú también de su misma paz. Procuremos, pues, hermanos, no sólo vivir rectamente, sino también obrar con rectitud delante de los hombres, y no sólo preocuparnos de tener la conciencia tranquila, sino también, en cuanto lo permita nuestra debilidad y la vigilancia de nuestra fragilidad humana, procuremos no hacer nada que pueda hacer sospechar mal a nuestro hermano más débil, no sea que, comiendo hierba limpia y bebiendo un agua pura, pisoteemos los pastos de Dios, y las ovejas más débiles tengan que comer una hierba pisoteada y beber un agua enturbiada. RESPONSORIO (Flp 2, 2. 34; 1 Ts 5, 14. 15) R. Dadme esta gran alegría: Manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir; dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. * No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. V. Sostened a los débiles, tened paciencia con todos; procurad siempre el bien entre vosotros y para con todos. R. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. ORACIÓN Dios nuestro, que quisiste hacernos hijos de la luz por la adopción de la gracia, concédenos que no seamos envueltos por las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. |